En los tiempos que corren donde, gracias a las posibilidades de Internet, una idea de negocio puede explosionar de la noche al día, los activos intangibles de las empresas son cada vez más importantes. La marca comercial es uno de esos activos intangibles y tal vez de los que más valor tenga. De ahí la necesidad de protegerla, empezando por su registro y siguiendo por estar atentos a las acciones de otras marcas que «usurpen» nuestra idea y se nos quieran parecer. Esta tarea sería complicada sin la ayuda de despachos especializados en propiedad industrial. En este post repasamos los pasos a dar para registrar una marca de la mano de Cinvento.
Qué es una marca comercial
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La marca comercial es la denominación, el logotipo, la tipografía, el mensaje de texto y los colores por los que se conoce un producto o un servicio. Todos ellos pueden llegar a ser signos distintivos de una marca.
Veámoslo con un ejemplo. Si te pregunto si conoces esta marca a continuación, dirás que sin duda:
Marca comercial de Coca Cola
Evidentemente se trata de una marca registrada mundialmente para prevenir su uso (o abuso) por parte de terceros. Y el color, las letras, el reclamo «Enjoy» y el «Coca-Cola», forman parte indisoluble de la marca registrada de la compañía de bebidas norteamericana.
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El Plan General Contable español recomienda contabilizar la valoración de nuestra marca en el activo de nuestro balance, apartado inmovilizado intangible. En esta rúbrica entran los activos no monetarios de la empresa, es decir, aquellos activos que, aún no teniendo una apariencia física tangible, son susceptibles de valoración económica. Hablamos de la marca, el logotipo, una patente sobre un producto o idea, etc.
Por qué es importante registrar nuestra marca
Si tenemos una marca de un producto o servicio que promete ser potente y queremos protegerla de la copia por otros competidores es importante proceder a su registro en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). La inscripción obliga al pago de una tasa de propiedad industrial cuantiosa, y se puede hacer de forma presencial u online por nuestra cuenta. Si resulta ser favorable, nos otorga sobre la misma un monopolio legal en España.
Es decir una protección de nuestro activo frente a la acción por parte de terceros de lanzamientos de marcas (reclamos comerciales, logotipos, iconos, etc.) muy similares que nos pueden impactar en nuestra actividad. De esta manera, si un tercero sale después de nuestro registro favorable con una marca muy similar podemos oponernos y luchar, con bastante probabilidad de ganar, contra su registro. Y si ganamos, el tercero competidor no podrá usar ese nombre o logotipo que tanto se parece al nuestro.
Hacerlo con un profesional es mejor que por nuestra cuenta
Las razones por la que es importante registrar la marca de un producto o servicio con la ayuda de un profesional o profesionales son variadas.
La primera porque el mundo de la propiedad industrial es complejo y estos profesionales te van a asesorar previo a la solicitud sobre lo que se puede registrar o no. No en vano, estos profesionales pueden hacer indagaciones previas a la inscripción para ver si nuestra marca colisiona con otras, y por tanto no se puede registrar.
O tal vez el problema venga por nuestro logotipo. Por ejemplo, el logotipo de Cambiator.es lleva un símbolo del euro que probablemente no se pueda registrar por ser un símbolo mundialmente utilizado.
Si no recurriéramos a un experto en propiedad industrial probablemente pagaríamos las tasas de la solicitud obteniendo semanas después una resolución de denegación de la inscripción de nuestra marca y logotipo en la OEPM. Y habríamos perdido tiempo y dinero.
Otra razón interesante para recurrir a profesionales es que ellos se encargan de rellenar todos los campos del proceloso formulario de solicitud de registro donde el lego se pierde.
En tercer lugar porque los profesionales en el registro de marcas comerciales nos asesorarán en caso de que la resolución sea favorable, para protegernos, a partir de ese momento de otras marcas que intenten parecerse a la nuestra. Y también nos podrán asesorar para proteger la marca fuera de España si planeamos operar en el mercado global gracias a Internet. Para ello hay que solicitar el registro ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), integrada por unos 80 países.
Cómo registrar una marca
Una vez pagada la tasa administrativa y rellenada la solicitud de registro de la marca, la OEPM examina la documentación y nuestra pretensión valorando si la misma incurre en alguna prohibición absoluta de la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas (ver online).
Si obtuviéramos una resolución favorable por parte de la OEMP, el registro de la misma se publica en el Boletín Oficial de Propiedad Industrial (BOPI). Esta publicación sirve para cumplir con el trámite de dar a conocer a todo el mundo el registro, para darle publicidad. Y por tanto, también para recibir la oposición por parte de terceros interesados en que nuestra marca no se registre.
El plazo para oponerse dura dos meses a desde la fecha de solicitud. En caso de que alguien se oponga la OEPM nos lo comunicará para que hagamos las alegaciones oportunas. Y finalmente este organismo emitirá una resolución vinculante para la marca registrada y para la persona que se haya opuesto a su inscripción.
Una vez pasado este trámite de forma favorable nuestra marca quedará finalmente aprobada y protegida de terceros. Entonces y a partir de ese momento seremos nosotros quienes podamos oponernos al registro de terceros cuya actividad o marca comercial entendamos que colisiona con la nuestra. ¿Y quién estará allí para avisarnos de este riesgo y tramitar nuestra oposición? Efectivamente, los profesionales en el registro de marcas comerciales y propiedad industrial.
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